La británica Florence Farr (1860-1917) representa una figura fascinante y no siempre suficientemente reconocida dentro del panorama cultural y social del Londres de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Esta polifacética mujer, que perfectamente compaginó su carrera teatral, musical y literaria con sus inquietudes esotéricas y ocultistas, así como con un intenso activismo social en pro de los derechos de la mujer, representó para muchos de sus contemporáneos una figura revolucionaria en muchos aspectos. Sus sucesivos contactos con diferentes disciplinas como la Orden Hermética de la Aurora Dorada (de la que llegó a ser una de sus máximas dirigentes en Inglaterra), la Sociedad Teosófica de Madame Blavatsky, el Rosacrucianismo o determinadas ramas del hinduismo no hacen sino dejar patente un sentimiento de continua insatisfacción espiritual en un alma inquieta que nunca parecía conformarse y que la impulsaba a continuar su incesante búsqueda de respuestas. Esta búsqueda se convierte en una constante en su vida no ya solo a nivel espiritual, sino también en su ámbito personal, profesional y social a través de un activismo feminista militante. El presente trabajo propone un acercamiento a la figura de Florence Farr para mostrar cómo su inconformismo y su rechazo a las convenciones tradicionales la llevan a intentar encontrar respuestas y soluciones desde la heterodoxia. En su caso concreto la necesidad del empoderamiento femenino surge a través de una incansable búsqueda espiritual que la pone en contacto con los movimientos esotéricos y heterodoxos de su época, los cuales en cierta manera vienen a dar forma a su particular concepción de la femineidad, una concepción profundamente enraizada en el neopaganismo y el ocultismo ilustrado.