Este trabajo analiza el pleito por la herencia de Fátima, mudéjar vecina de Arévalo, sostenido entre sus familiares y juzgado en diferentes instancias cristianas entre 1473 y 1493. Su contenido concreta para el caso de los mudéjares castellanos el mantenimiento de mecanismos de resolución de conflictos internos previstos por la jurisprudencia islámica, como el recurso al arbitraje y a la opinión de jurisconsultos. Al mismo tiempo, pone de manifiesto la capacidad del grupo para adaptar a un contexto de dominio cristiano prácticas judiciales particularmente útiles para preservar la correcta aplicación de la “ley” como principal elemento definitorio de la identidad del colectivo.