Las personas con Discapacidad de Aprendizaje Múltiple y Profunda constituyen un grupo relativamente heterogéneo y pequeño de la población con retraso severo en el funcionamiento intelectual, social y escasas habilidades de autocuidado. La comunicación de las personas con DAMP-a está limitada en funciones y formas de comunicación que los hace altamente dependientes del entorno. La intervención comunicativa en esta población ha evolucionado a lo largo del último siglo mostrando que la Comunicación Aumentativa y Alternativa es una opción válida para mejorar la comunicación con estas personas. Sin embargo la implantación de los sistemas para mejorar la interacción comunicativa de estas personas con sus interlocutores es un reto para los logopedas, las familias y demás profesionales que comparten su vida cotidiana con ellos.