La experiencia de los sociólogos que enseñamos la disciplina en la universidad muestra que el uso de los exámenes tipo test con respuestas cerradas se ha generalizado en nuestra disciplina, entre otras. Si no se penalizan las respuestas erróneas, estos tests se transforman en un contexto que favorece el surgimiento de un actor racional en la forma del estudiante-jugador que minimiza su esfuerzo aprovechando la probabilidad de acertar con que le obsequia la suerte. Aplicando la definición de variable aleatoria de tipo Bernoulli, en esta nota metodológica presento la puntuación que deben tener las respuestas erróneas en exámenes de cualquier extensión en su número de preguntas y de opciones de respuesta. Desviarse de esta puntuación supone, o bien favorecer el surgimiento del estudiante-jugador, o bien penalizar en exceso la asunción del riesgo a equivocarse que todo estudiante debe afrontar en un test.