Este trabajo aborda la argumentación a través de problemas sociocientíficos donde la química tiene un papel relevante, como el consumo de agua embotellada (disoluciones), la prohibición de plásticos de un solo uso (enlace químico) o la compra de una bicicleta (metales y reactividad). Se presentan las pruebas químicas deseables para argumentar sobre estos problemas y se comparan con las dadas por estudiantes del Máster en Profesorado de Educación Secundaria de especialidades de ciencias. Los resultados indican que el alumnado encuentra dificultades para utilizar correctamente pruebas químicas en estos contextos.