En este capítulo se realiza un estudio cualitativo y cuantitativo sobre los comentarios negativos que reciben seis perfiles de personas relevantes (tres hombres y tres mujeres) a través de la red social Instagram en el periodo de un mes. El análisis ha puesto de manifiesto la descortesía directa, descarnada y provocativa propia de los intercambios comunicativos digitales entre personas que no se conocen. Dicha descortesía obedece al deseo de agredir o ridiculizar al personaje famoso, por lo que abundan los argumentos emocionales, fundamentalmente el argumento ad hominem, que alude al universo personal (fealdad, gordura, edad, ropa, maquillaje…), y los disfemismos con una función
claramente hostil y neutralizadora del lenguaje políticamente correcto. El estudio muestra un claro sesgo de género, que se manifiesta tanto en el número de fotos que publican mujeres y hombres, como en el número y tipo de comentarios negativos que recibe uno y otro sexo. Dichos comentarios, fomentados por el anonimato que permite esta red, resultan amenazadores para la imagen social de los personajes públicos analizados, lo que conlleva un efecto negativo que es mayor en el caso de las mujeres.