El lenguaje inclusivo (no sexista), expresión de las transformaciones políticas y sociales ocurridas en los últimos tiempos, empieza a gestarse en España a finales de los setenta, paralelo a nuestra Constitución y a los primeros trabajos de lingüística con perspectiva de género en lengua española. Nace como producto de la demanda de una parte de la sociedad que no se siente correctamente representada. El siguiente trabajo hace un recorrido por las normativas, la legislación y las actuaciones más relevantes a nivel internacional y nacional sobre el español de España. Posteriormente se centra en los aspectos más polémicos: las guías, que comienzan a publicarse en los años ochenta, y sobre todo, algunas alternativas al masculino genérico que ellas proponen, fundamentalmente las formas desdobladas. Todo ello ha suscitado un debate de gran repercusión no solo en el ámbito filológico, sino también en el jurídico, en los medios de comunicación y en las redes sociales.