Se hace un repaso de la geografía antigua hasta el período helenístico haciendo hincapié en su naturaleza histórica. Esto nos lleva definir el concepto de progreso aplicado al avance de la geografía en la Antigüedad, ejemplificándolo en el caso de Polibio. El historiador de Megalópolis constituye un ejemplo paradigmático de cómo asumir lo más útil de la geografía matemática sin abandonar la consideración esencialmente histórica del espacio, huyendo así de cualquier esfuerzo de abstracción
que desvirtúe dicha naturaleza. Este carácter heterogéneo de la geografía antigua es lo que define verdaderamente su naturaleza científica.