El objetivo de este artículo es desarrollar el concepto de interfaz tecnocrítica como categoría teórica y estrategia de acción en el ámbito de las prácticas expositivas tecnomediadas que despliegan los museos y centros de arte. El prefijo tecno alude, por una parte, a la naturaleza tecnológica de la hiperinterfaz que constituye hoy nuestro ámbito de actuación. Por otra, inscribe la acción crítica en la autorreflexión urgente sobre la condición hipertecnificada del sujeto contemporáneo y su necesario reposicionamiento como parte de la tecnosfera. Partiendo de una definición del hecho expositivo como complejo relacional-material y adoptando como marco teórico principal el realismo agencial de Karen Barad, la idea de interfaz tecnocrítica reformula las prácticas expositivas como un entramado de interacciones en el que entidades humanas y tecno-computacionales coproducen materialidades discursivas que nos constituyen ontológica y epistemológicamente. Así pues, el concepto de interfaz tecnocrítica no se encapsula en la simple reflexión o discusión, sino que se compromete con la acción y la reinvención de formas tecnológicas alternativas a través de su producción material; dicho de otro modo, la producción material es la forma que adopta el hacer crítico. De este modo, el concepto de interfaz tecnocrítica se instituye en una herramienta de pensamiento y de actuación a través de la cual los museos y centros de arte pueden contribuir a la transformación crítica y material-discursiva de las formas de vida tecnohumanas en sentido positivo y propositivo.