Los malos tratos a las mujeres se integran en la sociedad de
forma normalizada y naturalizada, invisible, fruto del sistema
androcéntrico que, a lo largo de la historia, ha sostenido y
defendido fehacientemente que “los hombres son superiores a las
mujeres, que han sido dotados con cualidades diferentes y que han de
ejercer roles distintos: el de dominación y el de subordinación,
respectivamente” (Bourdieu: 2000: 291-304). Del mismo modo, los
medios audiovisuales son mecanismos básicos en la construcción del
imaginario colectivo, así como en los modelos de comportamiento
que configuran la percepción de la realidad social del individuo y
marcan sus pautas de relación con los otros. Son por tanto, una
herramienta básica dentro del engranaje político, social, educativo y
legislativo que, en función de los mensajes que construyan, favorecerán la lucha contra la violencia machista, o por el contrario, seguirán perpetuándola.
Este artículo es el resultado de la labor desarrollada dentro del
proyecto investigador de excelencia de la Junta de Andalucía, (ref.:
P11-TIC-7999) denominado Observatorio del Tratamiento
Informativo de la Violencia de Género con Atención a la Identidad Cultural/Étnica