La mar desde los tiempos más antiguos ha sido el lugar perfecto para que el
ser humano desarrolle su actividad comercial. Ello ha supuesto, por tanto, que sea un
espacio donde se produzcan graves conflictos jurídicos. Esa actividad comercial fue
propicia para la aparición de dos negocios jurídicos distintos el contrato de préstamo a
riesgo marítimo y el contrato de seguro marítimo. En aras de contribuir en un mayor
estudio sobre ellos, analizamos el tratamiento que estos reciben en el Código de
Comercio español de 1829.