La disciplina de la Disponibilidad Léxica (DL) constituye una herramienta valiosa para el diagnóstico y evaluación de la competencia léxica de los aprendices de una LE/L2. La presente contribución viene a conplementar el estudio de Fernández Gómez (2021) que incidía sobre aprendientes universitarios portugueses de ELE de la Universidade do Minho (UMinho): en aquella ocasión la prueba de DL implicaba la recogida de datos por escrito, ahora se trataba de averiguar si la aportación de léxico oralmente tenía incidencia sobre los resultados obtenidos.
Para ello, partimos de un universo de informantes con características análogas a las de aquel estudio (en nuestro caso, 34 estudiantes de Español B2.2 de las licenciaturas del área de humanidades de la UMinho). La recogida del léxico disponible se realizó mediante una grabación oral con smartphone de los 10 centros de interés (CI) más productivos en el estudio de Virginia Fernández (2021, p.4 9): La escuela, El cuerpo humano, Ordenadores e internet, La ciudad, Alimentos y bebidas, Profesiones y oficios, La casa, Los animales, Juegos y distracciones y Pandemia. Se solicitó a los informantes, en una de las últimas sesiones de clase del año lectivo, que indicaran todas las palabras y expresiones que conocieran para cada uno de estos CI durante un tiempo de un minuto y medio. Los resultados preliminares arrojan una mayor productividad tanto en el número de palabras y vocablos como en el promedio de los mismos. En otras dimensiones como el índice de disponibilidad léxica o en los términos más disponibles, no se observan diferencias de relieve entre la prueba de DL aplicada por escrito y la grabación de audio.