La Sierra de Segura y los relieves adyacentes conforman una amplia región natural sin excesivas modificaciones antrópicas, que presenta grandes espacios con total ausencia de estaciones meteorológicas. Las estaciones existentes pertenecen a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y al Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), establecido por el Ministerio para la Transición Ecológica como herramienta de control para las confederaciones hidrográficas, y todas ellas se sitúan en el entorno de núcleos urbanos o infraestructuras hidráulicas. Esto limita su representatividad, ya que dichos emplazamientos se localizan mayormente en la periferia de los grandes macizos montañosos. Por este motivo, se ha desplegado una amplia red control formada por pluviómetros totalizadores de bajo coste y fabricación personal que, además de totalizar el volumen de lluvia, permite la toma de muestras de agua para el estudio de la composición isotópica (18O y 2H) de las aguas de precipitación. Los pluviómetros han sido distribuidos sobre las áreas de recarga de los acuíferos que son drenados por los principales manantiales de la Sierra de Segura, con el fin de compensar la falta de información localizada y precisar las entradas al acuífero, lo cual es relevante para afrontar el actual escenario de cambio climático en el que nos encontramos.