La inteligencia artificial se está convirtiendo de forma progresiva en una tecnología fundamental para las instituciones de Seguridad Social, dado que le permite mejorar su eficiencia administrativa mediante la automatización de los procesos y ayudar al personal en aquellas tareas que se apoyan en decisiones humanas. En línea con lo que está sucediendo en otros sectores, esta tendencia hacia la construcción de una Administración inteligente ha sido recientemente señalada en el documento publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, en su definición de data – driven public sector (2019). Sin embargo, estos avances no están exentos de problemas, sobre todo en lo relativo a las limitaciones y los riesgos de la IA, y al equilibrio entre la automatización de los procesos y el control humano. Además, las diferencias metodológicas entre la IA y el desarrollo de programas informáticos convencionales plantean retos a las instituciones que ejecutan los proyectos. La consecución de estos beneficios, ligados de manera indiferenciable a la probabilidad de éxito del proceso de transformación digital, será posible solo a través de un entorno tecnológico posicionado en la vanguardia técnica y lo suficientemente flexible para dar respuesta a todas las necesidades de la organización. Precisamente, el propósito de este estudio, radica en detectar cuáles son los principales desafíos, tecnológicos y de otra índole, con los que posibilitar la transformación cultural tanto de la propia organización como de sus usuarios, garantizando así la excelencia en una transformación de tal magnitud.