Se parte del concepto de ruina, desde un punto de vista antropológico, para concretar con las ruinas bélicas y determinar qué tipo de relación establecemos con ellas. El cine, en particular, ofrece una mirada de signo especial (fija el imaginario), y como último nivel de concreción, se propone el análisis comparado de dos adaptaciones de la literatura al cine, Un lugar en la cumbre e Incendies, que revelan cómo en los conflictos bélicos, sean globales (II Guerra Mundial) o locales (guerra civil libanesa), no hay vencedores o vencidos, sino víctimas (ya sea porque acentúan la jerarquización social o porque generan tragedias familiares).