Cualquiera que se aproxime a la bibliografía y a los recursos documentales
disponibles sobre la calidad, percibe rápidamente cuál es su importancia
y la repercusión que ha tenido en estas últimas décadas.
Aunque comenzó siendo un principio aplicado a la producción industrial,
pronto se empleó en otros sectores, hasta llegar a la administración
pública y a los servicios que ésta presta a la sociedad.
En ese camino, la biblioteca ha sido receptiva, pudiéndola calificar
incluso de muy dinámica, ya que pronto1 se percibe una preocupación por
incorporar ese principio que le llevará hacia una nueva orientación de su
gestión, e incluso a ampliar su visión como servicio público.
Y si esto ha sido así en líneas generales, en el ámbito de la biblioteca
universitaria se ha dejado sentir de manera especial.2 Así se observa en el
territorio nacional, donde un gran número de instituciones ya han evaluado
sus servicios bibliotecarios, igual que ocurre en el andaluz. Va a ser en este contexto donde nos centraremos, sobre todo en el
segundo, dado el enfoque del foro donde se presenta esta ponencia: «Presente
y futuro de las bibliotecas andaluzas».
Así, comenzaremos a enfocarlo desde una perspectiva conceptual,
obligada como punto de partida, aunque no pretendemos ser exhaustivos,
sino más bien adaptar definiciones a la experiencia que nos ocupa, o buscar
entre aquellas otras que sinteticen las bases de la exposición posterior.
También, en ese punto de partida, consideramos necesario
contextualizar la calidad bibliotecaria en el marco de la institución donde se
encuentra y de la normativa por la que se ve afectada. Aquí situamos los
contratos programa entre la administración y la universidad, ya que en su
filosofía impera la búsqueda de la calidad de la biblioteca; los espacios internacionales
de enseñanza superior, representados principalmente por la
Declaración de Bolonia, por su compromiso, entre otras cosas, con la calidad;
así como el estado de la enseñanza reglada de estas materias en los
centros universitarios de Biblioteconomía y Documentación.
Posteriormente entramos a analizar los motivos que justifican la puesta
en marcha de un plan de evaluación de la calidad para una biblioteca
universitaria, para continuar con un análisis de cómo llevarlo a cabo, para lo
que tendremos en cuenta principalmente las experiencias más recientes y
cercanas, como se apuntaba anteriormente.
En este sentido, prestaremos una atención especial al modelo EFQM,
por su gran aplicación en universidades andaluzas, donde nueve bibliotecas
han elegido éste, a propuesta de la UCUA (Consorcio Unidad para la Calidad
de las Universidades Andaluzas).
Pero lo importante no es la evaluación en sí misma. Lo que realmente
interesa es la aplicación, la puesta en práctica de las conclusiones que
con ella se alcanza. Nos estamos refiriendo al plan de mejora, que vendrá a
paliar los puntos débiles de los servicios prestados, de los procesos realizados
y de los recursos empleados para conseguirlos. Éste será el paso posterior
por el que iniciará una nueva etapa marcada por la búsqueda de la
mejora continua y de la excelencia del servicio.