Se trata de una tesis de género que pretende dar a conocer en leguna castellana la historia de las primera mujeres que pretendieron acceder al estudio y ejercicio de la medicina moderna en el mundo anglosajón, y la creación de las Escuelas de Medicina de Mujeres de Londres y Edimburgo (capítulos VIII a XIV). La tesis se vertebra sobre cuatro aspectos fundamentales: Primero, el análisis de las creencias que han configurado una visión negativa de la mujer a lo largo de la historia, y en que se fundamentan los argumentos esgrimidos para impedir el acceso de las mujeres a la universidad y a la práctica de la medicina como doctoras (capítulos I a IV). Se considera que el movimiento de las mujeres doctoras formó parte fundamental del movimiento de mujeres del siglo XIX, y debe estudiarse por tanto, dentro de la historia de la lucha por la consecución de plenos derechos para las mujeres (Capítulo V). Como doctoras, Elizabeth Blackwell, Elilzabeth Garrett, Sophia Jex-Blake y el resto de doctoras mencionadas en la tesis, se entroncan en la larguísima tradición de la historia de la mujer como dispensadora del cuidado de la salud (capítulo VI). Y, por último, se analizan las aportaciones de las pioneras al movimiento de mujeres, en qué medida contribuyeron a modificar la visión negativa de la mujer en su época y a mejorar el cuidado de la salud de las mujeres (Conclusiones). La tesis incluye asimismo diversos documentos (anexos) y una amplia bibliografía