15 años después de que España ratifique la Convención de los derechos de las Personas con Discapacidad (2006), se continúa ejerciendo violencia institucional sobre una parte del alumnado. Con este trabajo pretendemos, conocer y analizar distintas narrativas sobre experiencia formativa de estudiantes y egresados del itinerario formativo para la orientación escolar, así como indagar en el proceso de formación permanente de orientadores y orientadoras en activo. Para ello se emplean distintas estrategias de recogida y análisis de información: entrevistas semiestructuradas, entrevistas abiertas, construcción de relatos autobiográficos, y la investigación-acción participativa.
La presencia de orientadores y orientadoras que trabajan bajo lógicas segregadoras en la formación inicial, las prácticas en centros donde se trabaja con estas mismas lógicas, y una escasa relación entre la teoría y la práctica, dificultan la conformación de profesionales inclusivos. Por estas razones, surge la necesidad de una alternativa a la evaluación psicopedagógica que genera este dolor y dificulta la transformación de la práctica escolar y de la formación inicial.
Desde la propuesta resultante del trabajo realizado entre 2019 y 2023 por este colectivo se entiende al orientador u orientadora como investigador de la realidad escolar, siendo mediador o facilitador en procesos de evaluación e investigación colectiva, en los que participan todos los actores (estudiantes, familias, profesorado, etc.). Se presenta así el diálogo entre la formación inicial y la permanente, desde perspectivas críticas de la orientación educativa.