La Enfermedad de Parkinson (EP), es el trastorno de movimiento más frecuente, siendo la segunda causa de enfermedad neurodegenerativa en todo el mundo. Se caracteriza por la aparición progresiva de síntomas motores y disautonomía que van en aumento hasta el final de la enfermedad pudiendo producir un grado de dependencia total.
Ha sido ampliamente estudiado el papel de la pérdida de neuronas dopaminérgicas de sustancia negra mediante la inclusión de cuerpos de Lewy compuestos principalmente por alfa sinucleína fibrilar y ubiquitinada.
Diversos estudios experimentales apuestan porque una causa importante de pérdida de neuronas dopaminérgicas se produce por las especies reactivas de oxígeno (ROS).
Se cree que el estrés puede jugar un papel clave en la EP, sugiriendo además una conexión entre la disfunción dopaminérgica y la hiperactividad del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, mediante la liberación de glucocorticoides como repuesta endocrina mediada por el estrés.
La mitocondria juega un papel fundamental tanto en la producción de ROS como en el daño oxidativo que éstas le pueden causar.
Debido a la gran susceptibilidad que presenta el sistema nervioso central a ROS, cabe pensar que tanto el estrés oxidativo como la disfunción mitocondrial contribuyen de forma significativa a la neurodegeneración en EP al igual que lo hacen en otros trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple, Alzheimer o Huntington, llevándonos a estudiar en este trabajo el impacto de los glucocorticoides en un modelo celular de EP por MPP+.