El concepto de discapacidad se define como la condición que impide o limita a la persona en su vida diaria. Las personas con discapacidad son un colectivo especialmente vulnerable, necesitado de una protección especial, como consecuencia tanto de sus circunstancias vitales como del tratamiento que tradicionalmente se le ha profesado, tanto nivel institucional como
privado. Ello es debido a que, aunque todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, las personas con discapacidad suelen sufrir una mayor discriminación en el reconocimiento de sus derechos. Es por ello que ha surgido una importante normativa,
tanto en el ámbito internacional, nacional y autonómico, con objeto de proteger los derechos que le amparan. En este sentido, la Administración Pública ha dotado a las personas con discapacidad de recursos jurídicos para que puedan hacer valer sus
derechos. Por su parte, las personas con discapacidad deben ser proactivas para contribuir a la protección de sus derechos, con el fin de tener una mayor autonomía personal que mejore su calidad de vida y conduzca a la igualdad de oportunidades.
En la actualidad, más de mil millones de personas viven en todo el mundo con alguna forma de discapacidad; entre las que aproximadamente 200 millones experimentan dificultades considerables en su vida diaria. Como consecuencia del envejecimiento de la población y del incremento mundial de enfermedades crónicas, se prevé un aumento de personas con discapacidad. A esto se une que las personas con discapacidad son las que tienen peores resultados sanitarios y académicos, así como una menor participación económica y tasas más altas de pobreza, que las personas sin discapacidad. Ello es
consecuencia de los obstáculos que entorpecen el acceso de estas personas a servicios que muchos de nosotros consideramos obvios, en particular la salud, el empleo, el transporte, o la información. Todas ellas se agravan en las comunidades más
desfavorecidas.