Mientras los ojos del mundo se posaban en el desarrollo del mundial de futbol masculino de Qatar del 2022, la policía belga destapaba una trama de corrupción que terminó con varios eurodiputados encarcelados. El país organizador del evento deportivo más importante del año se vio involucrado en una investigación sobre sobornos a diputados de la Unión Europea, lo cual, además, descubrió prácticas similares de otros países extracomunitarios.
El acontecimiento se filtró en el sistema mediático, donde se otorgó espacio al tema dando pie a una interacción entre diversos actores políticos, económicos y sociales. Asimismo, esta presencia en el mundo posible mediático propició la construcción de ciertas percepciones respecto del caso, a partir de estrategias de comunicación de los actores políticos y el encuadre mediático sobre el lobby en la Unión Europea.