Los delitos de abusos sexuales a menores, como parte de la criminalidad de naturaleza sexual, han ido incrementándose en los últimos años. Esta circunstancia puede deberse al cambio de la percepción social que se tenía sobre los abusos sexuales, posibilitando con ello un aumento de denuncias. Entre los abusos sexuales a menores, destacan por sus especiales características, aquellos que son cometidos en el ámbito deportivo, y en los que los autores son entrenadores o maestros del alumnado deportista. Este ambiente deportivo, sano y rodeado de bondades en el progresivo desarrollo evolutivo del menor, es utilizado en ocasiones en sentido inverso por los victimarios sexuales para alcanzar sus propósitos. La ascendencia tan definida del maestro o entrenador respecto de su alumno, es utilizada como ejecución del fin ilícito, prevaliéndose de esta asimetría de poder para el acometimiento de sus actos. Las circunstancias que rodean a las víctimas tras sufrir esos hechos traumáticos, son evidentes y se encuentran enmarcadas en la victimización secundaria, consecuencias que son combatidas gracias a la incorporación en nuestro ordenamiento jurídico penal de legislación específica en materia de víctimas de delitos.