Este artículo pretende analizar científicamente un suceso concreto: La política policial de Marbella. La llegada al poder del Grupo Independiente Liberal (GIL) en Marbella en 1991 y su gestión municipal han sido noticia en toda España en muchas ocasiones. El constructor Jesús Gil y Gil presentó una lista en las elecciones municipales de 1991, acusando a la corporación del PSOE de corrupción y desidia, y prometiendo el restablecimiento de Marbella como una ciudad turística de prestigio. Consiguió mayoría absoluta, que la confirmó en las siguientes elecciones de 1995, y procedió a realizar un programa de mejoras en infraestructura, obras de embellecimiento del casco urbano y, como punto principal en su programa, ampliación de la plantilla policial, con el fin de declarar la guerra a la venta de drogas al por menor en bares y restaurantes, la prostitución y la mendicidad.
El trabajo que se presenta en este Boletín indica que se ha logrado una mejora de la seguridad ciudadana pero el precio que se ha pagado a cambio es el surgimiento de ciertos abusos de poder. Por lo demás, resulta interesante comprobar la eficacia obtenida en la aplicación de determinadas medidas legales contra la delincuencia común.