Los malagueños han tenido fama de ser muy hábiles con la navaja. En el año 1870, la proclama del Gobernador Civil, reproducida en la siguiente página, indica un nivel de agresiones físicas bastante elevado: con una sexta parte de la población actual se producían mayor número de lesiones y homicidios. Viajeros extranjeros del siglo XIX nos han dejado sus impresiones sobre la violencia callejera en Málaga y si les hiciéramos caso, habría que incluir como principales razones de ella el viento terral, el grado alcohólico del vino local y la frivolidad de las mujeres malagueñas.
Este boletín pretende establecer el nivel real de lesiones en la Málaga moderna, con especial atención a las que son consecuencia de una agresión, según se refleja en los partes médicos de dos hospitales de la ciudad. Los malagueños de hoy han cambiado la navaja por el automóvil: la mayoría de los lesionados han sufrido un accidente de tráfico. Cabe destacar también los bajos índices de riñas callejeras y peleas en bares: la activa vida nocturna en nuestra ciudad transcurre básicamente de una forma pacífica.