Las posibilidades técnicas de la biomedicina abren la posibilidad de intervenir en el propio envejecimiento con el objetivo de mitigarlo, reducirlo o eliminarlo. Sin embargo, antes de emprender estos cambios o rechazarlos de plano, es necesario preguntarse si lo que se perdería con ello tiene realmente mucho valor. En esta charla se analizará la deseabilidad del envejecimiento desde un punto de vista individual, sin circunscribir esta cuestión a la deseabilidad o indeseabilidad de la muerte. En primer lugar, presentaremos los tres argumentos más utilizados para rechazar las intervenciones biomédicas contra el envejecimiento. Sostendremos que sólo el último de estos argumentos proporciona una respuesta coherente a la cuestión de la deseabilidad del envejecimiento. En segundo lugar, mostraremos que el tercer argumento cae presa de una confusión conceptual que llamaremos la paradoja del envejecimiento: aunque el envejecimiento conlleva efectos negativos para la salud, conduce a una etapa de la vida con bienes valiosos. Ambas valoraciones, una positiva y otra negativa, se refieren a dos dimensiones distintas del envejecimiento: la cronológica y la biológica. Defenderemos que, al no distinguir adecuadamente estos dos tipos de envejecimiento, no se pone de manifiesto que todos los bienes valiosos exclusivos del envejecimiento derivan sólo de su dimensión cronológica. En tercer lugar, argumentaremos que, si sólo concebimos el envejecimiento biológicamente, éste es indeseable. Desarrollaremos los dos tipos de efectos indeseables que tiene el envejecimiento biológico: directos e indirectos. Por último, responderemos a las posibles objeciones aduciendo que son insuficientes para debilitar nuestro argumento.