En las hipótesis sobre organizaciones sociales futuras, la vida que se imaginaba implicaba un largo proceso de cambio desde el presente en el que se describieron. El futuro distópico era incierto y lejano, casi improbable.
Sin embargo, la serie de televisión Black Mirror supuso una irrupción en cuanto al debate de si se adelanta un futuro estremecedor o si es simplemente cronista del tiempo actual. En este trabajo se ha querido profundizar en la relación que se establece entre ciudad, paisaje y territorio, en el presente y futuro, a través de sus cuatro primeras temporadas.
Se establecen 4 bloques para desarrollar la investigación: espacio público y espacio doméstico, movilidad y energía, espacio social y redes sociales, y por último la relación entre territorio y la ciudad.
La metodología desarrollada en este artículo estudia la línea temporal de la serie, superponiendo una selección de teorías sociales distópicas. Finalmente se extraen conclusiones de cada uno de los 4 bloques, agrupando las distintas tecnologías presentadas, el futuro urbano que se presenta y las relaciones sociales que generan, para de algún modo prever determinados horizontes futuros a los que nos aproximamos y si son estos un modelo de desarrollo aceptable.