En el campo de la traducción de teatro encontramos teorías contrapuestas, además de una terminología poco precisa. Por el contrario, respecto a la crítica de la traducción, existe una profusión de criterios de evaluación variados y difusos. De ahí la dificultad de proponer una metodología para la crítica de traducciones teatrales que resulte aplicable a todos los textos de este tipo.
Para llegar a ella, partimos de tres hipótesis. La primera, que a partir de cada texto teatral pueden elaborarse diversas obras dramáticas traducidas (ODT). La segunda, que el texto teatral puede constituir un texto de tipo artístico, pero también una herramienta textual, por lo que las ODT deben evaluarse según su funcionalidad. La tercera, que, en el texto teatral, la forma del texto es parte de su contenido; por lo que una ODT tendrá que conservar un equilibrio entre ambos similar al presente en el texto original.
Nuestra metodología consiste en adaptar la propuesta de Antoine Berman para la crítica de traducciones literarias a la crítica de traducciones teatrales: una cuádruple confrontación de los textos origen y meta basada en un exhaustivo análisis tanto de sus respectivos contextos de creación y recepción como de los factores intratextuales que puedan condicionar el proceso. Para poner a prueba esta metodología, hemos elegido la obra de teatro Lorenzaccio, de Alfred de Musset, y tres de sus traducciones al español de España: la de José Jurado de la Parra, la de Ignacio Amestoy Eguiguren y la de Santiago Rodríguez Santerbás, llevadas a cabo en contextos muy diversos y con estrategias traductológicas muy diferentes.
Esta investigación nos ha llevado tanto a probar la eficacia de la metodología como a extraer una serie de conclusiones respecto a la necesidad de considerar al público receptor de la ODT un factor decisivo en el proceso de traducción.