En este trabajo investigamos los principales factores de riesgo y protección que influyen en la probabilidad que tienen los jóvenes de ser "ninis", i.e., estar sin trabajar ni estudiar. "Nini" es una categoría relevante en el análisis puesto que un gran porcentaje de los más jóvenes en edad laboral están estudiando (Dolado, 2015).
Para ello analizamos la "Encuesta de transición educativa-formativa e inserción laboral" (ETEFIL), con una muestra de más de 8,000 estudiantes en 2019, mayoritariamente nacidos en 1998 y que, por tanto, deberían haber terminado la ESO en el curso 2013-4. Además, frente a otras alternativas, ETEFIL tiene información retrospectiva sobre (i) los años de escolarización en ESO de cada individuo, y (ii) la posterior educación entre 2014 y 2019. Gracias a (i) construimos un identificador para los repetidores; y gracias a (ii) un identificador de aquellos que abandonan tempranamente la educación.
Nuestras hipótesis son que, tanto para los repetidores como para los que han sufrido abandono escolar temprano (AET), (a) la educación de los padres es un factor protector; y (b) ser de origen migrante es un factor de riesgo. La razón para sostener (a) es que cuanto más educados están los padres más esperamos que inviertan en ofrecer una segunda oportunidad escolar a los hijos si estos tienen dificultades, o que tengan mejores contactos para integrar a los hijos en el mercado laboral (Bernardi
and Cebolla 2014). La razón para sostener (b) es que las personas de origen migrante pueden sufrir discriminación y tienen menor capital social de partida que los nativos (Comet 2016). Nuestra tercera hipótesis es que para las mujeres, con independencia de si son repetidoras o AET, la composición del hogar puede ser un factor de riesgo: tener personas dependientes en casa puede incrementar la demanda de trabajo no remunerado en el hogar.