Los nuevos contratos formativos como medio para luchar contra el desempleo juvenil
Desde el estallido de la crisis financiera en España, se han acusado las deficiencias de
carácter estructural del mercado de trabajo en general. Sin embargo, las consecuencias
fueron más acusadas en algunos sectores concretos: los jóvenes, que experimentaban
una gran precariedad laboral.
Se suma a esto, a su vez, los efectos provocados por la pandemia del COVID-19, crisis
sanitaria, económica y laboral, con un impacto pronunciado sobre las cifras de
desempleo juvenil.
En cualquier caso, las dificultades entre la transición formación- trabajo ha originado
que se ponga el foco en el diseño de las políticas orientadas a la integración de los
jóvenes españoles en el mercado de trabajo, existiendo una infinidad de estudios que
analizan la situación actual, creando debates en torno al empleo juvenil.
Es conocido que aquellos que terminan sus estudios y preparan su entrada en el mercado
laboral se enfrentan a una carencia de formación práctica y experiencia en los entornos
de trabajo. A este tenor, existen diversas figuras contractuales o relaciones jurídicas que
se ajustan a lo que el nuevo profesional requiere y le facilitan y aceleran su inmersión en
el mundo laboral, entre las que encontramos los contratos formativos.
Por dicha razón, esta comunicación justifica su presencia en el Congreso enmarcada en
el Tema 5: La lucha contra las desigualdades en el trabajo: working poor, salario
mínimo y más. Pretende realizar una aproximación jurídico-laboral a la figura del
contrato formativo con la nueva reforma laboral en España, estableciendo un primer
análisis de las fortalezas y oportunidades, conociendo de dónde partimos, hacia dónde
vamos y cuál es la mejor ruta a seguir para luchar contra la mencionada precariedad
laboral y el desempleo juvenil, para la construcción de un verdadero Estado de
Bienestar.