Alegoría: la pintura a escena, es un proyecto compuesto por nueve piezas pictóricas en la que, mediante los códigos de representación del barroco, se combina la alegoría junto a la saturación de información partiendo de imágenes actuales en un mismo bodegón.
Estas piezas se enfocan desde un punto de vista simbólico o satírico mediante la reinterpretación de los conceptos, embelleciendo las imágenes hasta crear una separación con el impacto de representación. Se establece entonces una lectura personal mediante la misma introducción del espectador a la hora de contemplar las piezas. Estas se componen a través de
naturalezas muertas, trayendo el espacio a una nueva configuración en el que el entorno es un mero sujeto, estimando así al reemplazo de un pasado en el objeto que se desconoce.
Este proyecto acumula un proceso de estructuración en la selección de piezas así como de dicho escenario, enriqueciendo las alegorías con elementos de cultura y literatura occidental. Por otro lado, un contexto actual para generar un discurso con los elementos de los bodegones, configurando una nueva interpretación sin llegar a la literalidad de la representación.
El título se debe a la configuración de la obra dentro de un ambiente concreto, donde se crean unos espacios como si de un niño jugando se tratara. Haciendo un uso coral de los elementos, sin centrar la atención al objeto protagonista dentro del contenido, se configura el juguete o figura dentro del área, con la intención de focalizar que es el propio autor el que
configura las piezas de una forma determinada.
Por último, en la memoria se estructuran las distintas fases de investigación hasta