Los ERTEs han sido las estrellas de las medidas sociolaborales durante la pandemia y, en consecuencia, tras su éxito, una de las principales instituciones reformadas con el RD 32/2021. Su rendimiento en la contención de empleo lo ha convertido en un mecanismo que se atisba fundamental en la superación de los retos del mundo del trabajo de un futuro inmediato. El Ejecutivo ha aprovechado la experiencia acumulada de los últimos años para configurar un mecanismo algo más ágil, con distintas variantes según las causas que habilitan a su activación, y con una base sobre dos pilares que incentivan su utilización y miran hacia la empleabilidad futura de los trabajadores: los beneficios de Seguridad Social y una clara apuesta por la formación.