Orientar las prácticas de enseñanza que realizan los estudiantes de magisterio, con un sentido formativo e innovador, es uno de los desafíos que enfrentan quienes se dedican a la formación docente. La presente investigación es un estudio etnográfico sobre el proceso de apropiación de la cultura escolar que ocurre durante las prácticas de enseñanza. Se ha llevado a cabo en escuelas primarias mexicanas, en la región del altiplano veracruzano, donde dos estudiantes, aprendices de maestro en el último año de la carrera, cumplieron una larga estancia de prácticas. El seguimiento y la reconstrucción de su trayectoria por las aulas fueron propósitos principales del trabajo de campo y las bases para analizar los componentes y significados de la formación docente en el ámbito escolar. La noción de apropiación escolar permite reconocer las experiencias contradictorias de los estudiantes en las aulas, las respuestas diferenciadas que expresan frente a las normas, usos y valores que constituyen la cultura escolar y su participación activa en la construcción de la escuela. La presente investigación cuestiona la supuesta pasividad de los aprendices y propone otra mirada de los procesos de formación que recupere la relativa autonomía que ejercen los aprendices en el aula, tanto como las innovaciones que conlleva la práctica docente cotidiana. Es un propósito de esta investigación mostrar las hendiduras que es posible abrir en la institución escolar como maestra o maestro en ciernes. En su transcurso se analiza la contextualidad de las prácticas para mostrar la trama de condiciones materiales y simbólicas que sostiene el trayecto de los estudiantes por las aulas y la disposición institucional que mantiene y legitima usos, concepciones y formas de proceder en el oficio de enseñar. El trabajo señala las condiciones, experiencias y relaciones que median este proceso sustantivo en el oficio de enseñar, para destacar las fuerzas y razones que nutrieron a los estudiantes en su búsqueda de alternativa a la reproducción escolar.