Lejos de quedar vinculado a las nociones tradicionales de salud física y disfrute personal, el deporte se ha convertido en un verdadero fenómeno movilizador de masas, capaz de mantener concentrados a miles e incluso millones de personas a la vez,
físicamente o a través de sus pantallas, a un determinado evento. Resulta obvio que siempre van a existir personas que estén atentas a potenciales fuentes de ingresos, como se trata actualmente del deporte, aquí es donde entran en juego las grandes empresas, nacionales e internacionales, capaces de hilar sus marcas e imágenes comerciales a estas competiciones deportivas o a determinados productos y figuras relevantes de este ámbito, quienes se encuentran en el ojo de la sociedad, y así, lograr que ellas también lo estén. Esto lo realizan principalmente a través de una figura contractual: El patrocinio deportivo.