Respecto a los delitos y violencia de las pandillas en El Salvador, el Estado salvadoreño reivindica su capacidad de controlar el problema de manera unilateral, apoyándose en la acción policial; sin embargo, el problema no ha sido controlado y, por el contrario, los delitos y poder de las pandillas se han incrementado en las últimas décadas, especialmente a partir de la implementación de planes policiales antipandillas. Esta investigación se enfoca en las prácticas policiales que intentan controlar el delito y poder de las pandillas, considerando que la Policía actúa en contextos territoriales que no controla y donde establece relaciones de poder con otros agentes equivalentes. Estos agentes son las pandillas y las comunidades organizadas. La pregunta central de investigación es: ¿Cómo se configuran las relaciones territoriales de poder entre Policía, pandillas y comunidades organizadas? La Policía se concibe como un actor dependiente de las relaciones territoriales de poder, cuyas capacidades de acción están estructuradas por la dinámica conjunta de los tres agentes de poder mencionados.
Se realizó un estudio comparativo de casos con técnicas cualitativas, se seleccionaron dos colonias de San Salvador, la capital del país. Cada caso fue paradigmático de las relaciones de poder entre los tres actores: un caso donde la pandilla domina el escenario y el otro caso donde Policía y comunidad desarrollan relaciones de gobernanza funcionales para controlar el delito.
Los hallazgos son los elementos constitutivos transversales que explican la configuración de las relaciones territoriales de poder, los cuales estructuran el campo de acción para la Policía y el resto de agentes.