En general, el caudal y los valores de conductividad eléctrica del agua de ambos ríos aumentan en el sentido del flujo y la composición química evoluciona de facies bicarbonatada-cálcica a bicarbonatada-cálcico-magnésica, como consecuencia del drenaje de dolomías hacia aguas abajo en los respectivos cauces. Existen tramos con un claro carácter ganador y otros en los que no se han detectado aportaciones subterráneas significativas. Así, los aforos diferenciales y las medidas de la actividad de radón han permitido identificar un tramo ganador en el entorno del nacimiento del río Segura y otro, de aproximadamente 4 km de longitud, situado aguas abajo del núcleo urbano de Pontones. Por su parte, la descarga conjunta de los manantiales de cabecera de la cuenca del río Zumeta es similar a los caudales medidos en el cauce 4 km aguas abajo, con menor actividad de radón aquí que en el agua de los manantiales, lo que sería indicativo de desgasificación por ausencia de descargas de agua subterránea en ese tramo. En áreas montañosas, la cuantificación de las aportaciones subterráneas a los cauces es crucial para mejorar la protección y la gestión de los recursos hídricos, por sus implicaciones directas en la planificación hidrológica y en la preservación ambiental de los ecosistemas dependientes de las aguas subterráneas.