La situación sobrevenida ante el COVID ha generado un incremento exponencial de herramientas virtuales que permiten tanto el desarrollo de la docencia como de la comunicación entre el profesorado y los estudiantes, así como aquellas otras que facilitan el intercambio de información de un modo virtual. Sin embargo, dichos mecanismos tienen mayor recorrido en el tiempo cuando se hace referencia a aquellos entornos en los que los equipos de trabajo se encuentran localizados en diversas partes del mundo. De hecho, una interacción de tales características sería inviable si no fuera por el uso de instrumentos que favorecen no solamente una comunicación más fluida, sino un intercambio de datos en tiempo real. Un ejemplo de ello es Airtable, una herramienta colaborativa híbrida que combina la facilidad de uso de una hoja de cálculo con las características propias de una base de datos. Una ventaja adicional es que se encuentra en una nube y se actualiza constantemente y de forma automática, lo que permite una mejor interacción y un mayor acceso a la información por parte de los miembros del equipo. Esta herramienta es fundamental cuando se hace referencia al trabajo conjunto en proyectos de carácter internacional, entre otras cosas debido al desfase en los horarios y dinámicas de trabajo. Todo ello permite una mayor eficacia y eficiencia a la hora de trabajar conjuntamente, incidiendo de forma directa en el éxito del proyecto. De este modo, dicha investigación pretende detallar los mecanismos, procedimientos y ventajas que conlleva la incorporación de Airtable como instrumento de gestión de la calidad de un proyecto, utilizando como ejemplo de buenas prácticas el proyecto Erasmus+ CALESA (Capacity Building for Legal and Social Advancement in the Philippines).