En varios sellos egeos es posible observar escenas en las que los personajes
representados parecen repetir acciones bastante esquemáticas, que
acompañan la aparición de figuras en suspensión: el contacto con elementos
de la naturaleza como rocas o árboles, las procesiones, las danzas, se pueden
interpretar como actos rituales.
El canto primordial, sin
acción escénica, necesitaba de la caracterización de los personajes para
llegar a ser representación teatral; correctamente Aristóteles sitúa el
nacimiento del fenómeno teatral en el momento en que se asiste a la
encarnación del personaje en el cuerpo del actor.
Rito y representación aparecen como un binomio indivisible.
La representación ritual de la muerte, relacionada con la regeneración, se
impone como superación de la “situación límite” por excelencia.