El reino nazarí de Granada abarcó las zonas montañosas del sudeste de la Península Ibérica, donde se estableció una frontera natural con el reino de Castilla entre 1232 y 1492. Para su control y comunicación visual con los principales núcleos nazaríes se estableció una red de torres defensivas. Muchas aún subsisten diseminadas entre las provincias de Granada, Málaga, Almería, Jaén y Cádiz.
A pesar de que tras la conquista castellana muchas de estas torres perdieron su utilidad defensiva, un nutrido grupo de estas, aunque con adaptaciones a las nuevas estrategias y técnicas militares como la artillería, siguieron empleándose como elementos de vigilancia y control en el territorio. Estas construcciones, dada su condición histórica como frontera de reinos y civilizaciones, se ubican en emplazamientos singulares, erigiéndose como hitos referenciales de los territorios en los que se asientan. Su diversa tipología y morfología constituyen un fiel testimonio de las distintas formas de vertebración territorial que se han sucedido a lo largo de la historia, lo que hace que no puedan ser entendidas fuera de esta dimensión.
Esta muestra expositiva pretende que el conocimiento exhaustivo adquirido de este patrimonio defensivo se difunda alcanzando a todos los estratos de la sociedad, tratando de transferir todos sus valores a nivel tipológico, morfológico, constructivo, material, paisajístico, territorial y estratégico, valores a partir de los que transmitir la trascendencia que este conjunto de bienes culturales aporta a la sociedad en la que se insertan, traspasando por tanto la barrera de un conocimiento puesto a disposición exclusivamente de expertos cualificados.