La investigación centra su objeto de estudio en la estructura del sistema de comunicación establecido y desarrollado en el contexto cubano, entre los años 1959 y 2018, período en el que se instituye una forma de ejercicio de poder simbólico que se ha mantenido estable, en lo esencial, durante cerca de seis décadas. Interesa igualmente el marco regulatorio que ha sustentado dicha estructura, a través de los discursos normativo y político sobre comunicación enunciados en esta etapa.
Se trata de una investigación cualitativa, de carácter longitudinal, que responde a un planteamiento metodológico de enfoque estructural, donde el proceso de configuración del poder es entendido como un todo, en su relación directa o indirecta con los medios de comunicación. De ahí que se opte por la práctica del análisis institucional, al centrarnos en el examen de instituciones sociales relevantes como el sistema mediático. Se asume además el análisis de contenido como método conveniente para el examen del marco normativo que ha sustentado cualquier acción legal o toma de decisión adicional en el ejercicio del poder comunicativo en Cuba; así como el análisis crítico del discurso político, un campo teórico y metodológico propicio para el estudio de los textos que han legitimado ciertas formas de construcción y preservación del capital simbólico del sistema socialista.
Los resultados revelan que las élites simbólicas que controlan el discurso público en Cuba han establecido un mecanismo de legitimación eficaz, derivado de la creación de una estructura mediática afín a los intereses del colectivo que ostenta el poder, y del desarrollo de un marco regulatorio que, entre otras cuestiones, condiciona el acceso y el contenido de los medios al reconocimiento de su ideología. Se dificulta así la participación de otros actores sociales con visiones distintas de la realidad que se construye en esos escenarios de producción de verdad.