Los lugares olvidados son mundos dentro de otros mundos, son lugares sin reglas establecidas, sin orden ni control. Lugares expectantes para ser soñados. Nos hablan de la complejidad y de los límites difusos entre la ciudad planificada y la no planificada. Estos lugares no se ven representados en los mapas convencionales, medianeras, vacíos abandonados, ruinas de otros tiempos, vaciados interiores de manzanas, lugares marginales. Recordamos entonces la definición de I. Solá-Morales para los terrain vague, espacios de libertad que escapan al control urbanístico. Estos lugares son agujeros dentro de la ciudad que nos trasladan a otros tiempos y lugares. Para reconocerlos necesitamos el tiempo del caminante, el itinerario como forma de lectura y escritura. Siguiendo los pasos de aquellos que recorrieron la ciudad para conocerla mejor, para experimentar su vida cotidiana, Michel de Certeau, Francis Alÿs, Stephen Walter, Robert Smithson, podemos descubrir que los vacíos de tiempo, aquellos en los que lo soñado supera a lo existente, son capaces de contener actividades inspiradoras. Estudiando los dibujos de Stephen Walter y sus reflexiones sobre Berlín como ciudad inacabada, se entienden los vacíos de Gilles Clement y sus bosques de residuos.
Como metodología de trabajo, se rescata la manera de construir un atlas de fragmentos siguiendo las teorías de Aby Warburg desarrollara a principio del siglo XX. Los fragmentos son lo que construye una experiencia, dejando huecos para que entre ellos encontremos significados anhelados.
El estudio de la película de Wim Wenders El cielo sobre Berlín aporta a la tesis todo el cuerpo experimental que se necesitaba. El cielo sobre Berlín documenta ciertos lugares significativos de la capital alemana que comparten muchas de las cualidades de nuestros lugares olvidados.