El interés principal de este proyecto de tesis doctoral ha sido llevar a cabo un relato que permita
articular una narrativa que vertebre la producción pictórica del siglo XIX. La centuria de las revoluciones
convulsionó el panorama político en un periodo que cambió el viejo orden por uno nuevo. Un largo proceso en el
que se inventó el Estado liberal y se construyó una estructura administrativa sustentada en un discurso nacionalista
que pretendió crear la ilusión de una identidad común, en una península históricamente dividida en numerosos
reinos. Un proyecto en el que la pintura tuvo un papel principal porque puso rostro tanto a los protagonistas del
nuevo sistema como a los personajes del pasado elegidos como antecedentes directos del presente.
La intención ha sido proyectar una mirada desde el siglo XXI, a través de la amplia historiografía publicada en los
últimos cuarenta años, que permita contar la pintura del ochocientos desde su dimensión política. La revolución
liberal ha permitido, con sus diversas problemáticas, generar un relato que se estructura en tres capítulos que
reflejan los cambios que se produjeron entre los pintores desde diferentes perspectivas. En el primer tercio del siglo
he seleccionado a aquellos creadores que estaban convencidos del liberalismo y de la importancia de luchar contra
el viejo orden. A partir de la muerte de Fernando VII, con la implantación del Estado liberal, he tratado de reunir una
representación de las diferentes tendencias en las que se dividió el liberalismo en España. Por último, tras la
Revolución de 1868 he llevado a cabo una aproximación a las relaciones entre algunos pintores y los diferentes
cambios políticos que se produjeron en el que probablemente constituye el periodo más estudiado de toda la
centuria.