En el ámbito universitario, la relación entre docentes y estudiantes con la lectura académica suele estar acompañada del concepto de ‘frustración’ pues, por un lado, los docentes encuentran que sus estudiantes, bien no se interesan por las lecturas propuestas, bien no las comprenden. Por su parte, los estudiantes suelen abordar las lecturas académicas como una obligación para ir superando las distintas asignaturas (Caro, 2015).
Este estudio pretende conocer la valoración del futuro profesorado con respecto a diferentes afirmaciones sobre la lectura académica. Para recabar los datos se realizó la prueba de Mejora en la motivación por la Lectura Académica EMLA (Muñoz, Ferreira, Sánchez, Santander, Pérez. y Valenzuela, 2012; Muñoz, Valenzuela, Avendaño, Núñez, 2016) mediante un cuestionario que incluía otras preguntas de tipo sociológico y relacionadas con los hábitos lectores. La muestra está formada por 145 estudiantes de 4.º del Grado de Educación Primaria de la Universidad de Cádiz durante el curso 2018/2019 (n= 48 hombres y n= 106 mujeres). La pregunta a la que un mayor número de informantes evaluaron con mayor conformidad es la primera (un 32,47 % seleccionó la opción 5), referente a que les parece muy útil la lectura de textos académicos para su formación. En cambio, con la que menos están de acuerdo es con que la lectura de textos académicos les entretiene (un 28,57 % marcó el valor 1).
A pesar de que las chicas suelen tener una actitud más positiva frente a las preguntas genéricas sobre lectura (indicando que les gusta más leer y que son lectoras más asiduas), los resultados entre ambos grupos no presentan diferencias estadísticamente significativas. La variable con mayor relación es el gusto por la lectura, ya que los estudiantes a los que les gusta más leer suelen dar mayor importancia a las cuatro dimensiones evaluadas en el EMLA.