En este artículo proponemos el estudio concreto de los materiales ephemera dentro del enfoque disciplinar de la historia del arte. En las últimas décadas, la incorporación de las nociones de cultura visual y estudios visuales nos ha permitido ampliar y fundamentar los relatos e historias específicas que habitualmente han sido objeto de estudio de la disciplina. Como apuntase José Luis Brea –pionero en estos estudios– “toda la estetización y semiotización creciente de los espacios de la vida cotidiana, aflora un territorio cada vez más vasto de prácticas de producción de significado cultural a través de la visualidad –lo que se ha dado en llamar la cultura visual”. Otros antes, como Walter Benjamin o Aby Warburg, iniciaron esos enfoques sociales o culturales que han cobrado un gran protagonismo a partir de la posmodernidad. En esta ocasión, el objeto concreto de estudio son los impresos y las imágenes que llevaban representaciones que iban destinadas, sobre todo, a fomentar el consumo masivo de nuevos productos o a la comunicación de algún evento, y por lo tanto, tenían un carácter sumamente popular, cultural y social, como explicaremos en epígrafes siguientes. Esos impresos se hicieron para tener una vida corta, con materiales de bajo coste, y a veces también de escasa calidad, con un carácter portable y perecedero. De este modo, los estudios de materiales ephemera se suman a los estudios de estampas, dibujos, grabados, colecciones y coleccionistas. No solo nos detendremos en la imagen en sí, sino también en el trasvase constante entre el arte culto y popular, en factores sociológicos y culturales que estaban presentes y que, en parte, se han quedado impresos en este tipo de materiales. Lo que presentamos a continuación es una aproximación al tema escogido –la imagen religiosa– queriendo mostrar su presencia en distintos materiales que se catalogan como ephemera.