En los últimos años, ha sido constante la incorporación de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en la cotidianeidad de la ciudadanía en general. La educación no escapa de la realidad de las TIC y su implementación en el aula y en la metodología docente ha ido creciendo a lo largo de los últimos años. Sin embargo, cabe preguntarse si los individuos están alfabetizados digitalmente, contando con la capacidad suficiente para realizar diferentes actividades en entornos digitales y si son competentes a la hora de elaborar y diseñar contenidos a través de medios tecnológicos. La pandemia del coronavirus en 2020 ha puesto de manifiesto la carencia de dicha alfabetización en los entornos didácticos y ha servido para que la comunidad educativa tome conciencia de la importancia de trabajar en el área digital y de aplicar la virtualidad y las redes telemáticas de una forma profusa en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El problema radica en adaptar la educación en general al nuevo escenario que esta emergencia sanitaria ha traído consigo en tan breve espacio de tiempo.
Ante este nuevo escenario, se hace imprescindible conocer el nivel de alfabetización digital de docentes y discentes y si cuentan con habilidades suficientes para ser competentes en el uso de nuevas tecnologías aplicadas al ámbito educativo. A su vez, este estudio pondrá de manifiesto la brecha digital doméstica atendiendo a múltiples variables así como a confirmar si existe lo que Prensky (2001) denominó nativos digitales (aquellos que han crecido e interactuado desde un principio con Internet) e inmigrantes digitales (los que por necesidad han tenido que adaptarse al uso de las nuevas tecnologías). Prioritario es también conocer las formas de comunicación llevadas a cabo por la comunidad educativa y si su gestión ha sido óptima y, por tanto, satisfactoria para los públicos implicados.