El sector turístico está en auge a nivel mundial, y en España ocupa un papel muy destacado ya que constituye una importante fuente de ingresos y de creación de empleo. Sin embargo, también plantea una serie de desafíos como pueden ser su marcada estacionalidad, el auge de destinos competidores y su sensibilidad a factores que no se pueden controlar de forma directa, como el clima o el grado de amenaza terrorista. A estos desafíos se le añade otro fundamental que es la turbulencia en la que éste (y casi todos los sectores) opera, y es que la globalización ha supuesto cambios cada vez más rápidos en el entorno organizacional.
En este contexto, los directivos de hoteles necesitan de herramientas que faciliten el diseño y la implementación de estrategias que le permitan prever y adaptarse rápidamente a estos cambios, con el objetivo de mejorar y consolidar su posición competitiva en el mercado. De este modo se aseguran no sólo la supervivencia sino también la obtención de unos ingresos superiores a la media del sector.
La inteligencia competitiva (en lo sucesivo, IC) como herramienta de dirección estratégica ha adquirido fuerza durante los últimos años dentro de la rama de organización de empresas. Numerosas empresas ya cuentan con unidades específicas dedicadas a esta función, y cada vez son más las empresas de todos los sectores y tamaños que la utilizan. En cuanto al ámbito académico y en el caso de hoteles, podemos encontrar algunas publicaciones al respecto, las cuales se basan principalmente en estudios del caso o en la utilización de estadísticas descriptivas. No obstante, a fecha de hoy y hasta donde sabemos, no existen publicaciones sobre la industria hotelera española e IC, a parte de las que componen esta tesis doctoral.