Partiendo del concepto actualizado de mindfulness es posible vincular lo que esta filosofía de vida implica en cuanto a bienestar emocional, psicológico, y físico, y por ello, con lo que muchas personas manifiestan buscar al mantener una dieta sana, buenos hábitos, y realizar actividad física y deporte: una vida más saludable.
La práctica de atención plena nos encamina a una nueva relación con el entorno, las relaciones sociales, y con nuestro propio cuerpo y mente, siendo una fuente de recursos de gran relevancia para el trabajo desde la educación y pedagogía social en referencia al desarrollo y bienestar de las personas, y al consiguiente desarrollo comunitario. En la actualidad encontramos numerosas referencias y evidencias científicas que avalan la conexión entre cuerpo y mente, y cómo la percepción, identificación, y gestión de las emociones, propician diferentes estados de bienestar subjetivo.