La cultura y la identidad esencial de la misma es un principio ineludible y de máxima trascendencia en el panorama actual del diseño, cuando asistimos a estrategias integradas en un conjunto de aspectos materiales e inmateriales que deben encajar en un sistema perfectamente planificado. Para desarrollar y definir esta identidad el primer paso es llegar a ser conscientes de que la identidad territorial a la que pertenecemos "germen de la civilización occidental" ha dado lugar a lo que podríamos denominar Cultura Clásica Contemporánea (CCC). En ella se integran no sólo los herederos directos de las antiguas civilizaciones del Mediterráneo (Italia, España y Portugal), también casi toda América. Para lograr la esencia de esta cultura es necesario remitirse a las bases levantadas en el mundo clásico mediterráneo, que resurgieron durante el Renacimiento, la Ilustración y nuevamente en este inicio del nuevo milenio, así como a los fundamentos conceptuales y terminológicos del Diseño. Bases definidas por la diversidad de toda índole, el desarrollo del conocimiento y la innovación tecnológica, la interacción entre culturas, la promoción de la creatividad, del subconsciente y de todas las manifestaciones del Arte, en el marco de un nuevo Humanismo.