La gestión de conflictos al margen del proceso judicial se abre camino con muchas dificultades. El objetivo es común, pues se pretende convocar a la ciudadanía fortaleciendo espacios colaborativos ante el diseño de proyectos de vida que permitan mejorar las relaciones humanas y armonicen los intereses. En este escenario emergen y se consolidan diferentes mecanismos entre los que se encuentra la mediación, para la que resulta ser fundamental el desarrollo de una cultura que admita el recurso a la misma, vinculada a los principios más modernos de participación democrática, comprometiendo el concepto de ciudadanía, el derecho de los distintos movimientos sociales y los derechos humanos fundamentales. Se pretende llevar a cabo un análisis de aquellas áreas donde los problemas de género se ponen de manifiesto en el proceso de mediación destinado a la reorganización de la nueva estructura familiar producida la ruptura de la pareja, pudiendo erigirse en el mecanismo que permita evidenciar unas desigualdades menos evidentes y más sutiles, sacando a la luz un falso cambio en la organización tradicional de género.