Estudio de Prevalencia realizado en población comunitaria de edad igual o superior a 65 años perteneciente a 12 centros de salud urbanos. El tamaño muestral estimado fue de 582 pacientes. Las variables recogidas fueron: sociodemográficas, clínicas, comorbilidad (Indice de Charlson), valoración funcional (Indice de Katz y Lawton-Brody), función cognitiva (Pfeiffer o SPMSQ), estado afectivo (Escala de depresión geriátrica de Yesavage), calidad de vida relacionada con la salud (SF-12) y datos referentes al tratamiento. Fuentes de datos: historia clínica, entrevista personal y medicación aportada por los pacientes. La adecuación se valoró midiendo la tasa de polifarmacia (5 o mas medicamentos habituales), gran polifarmacia (10 o mas), medicación potencialmente inapropiada (según STOPP-START 2015 y Criterios de Beers 2015) y carga anticolinérgica (escalas ACB, ARS, DBI DURAN y ABC). Estadística: análisis descriptivo y analítico (regresión logística para las variables principales de interés). Aspectos ético-legales: estudio clasificado por la Agencia Española del Medicamento como EPA-SP (estudio posautorización), con dictamen favorable del CEI Provincial y consentimiento informado de todos los participantes.
Se han analizado un total de 3626 prescripciones. El promedio de fármacos por paciente es de 6.8 (±4; 0–23), polifarmacia del 68.6%, y gran polifarmacia del 24.7%. Los grupos más prescritos fueron cardiovascular (80%), digestivo (71.6%) y nervioso (66.5%). Los factores determinantes de polifarmacia fueron la comorbilidad (OR=1.66), ser mujer (OR=2), padecer hipertensión (OR=3.93), diabetes mellitus (OR=1.93), dislipemia (=R=2.3), enfermedad respiratoria (OR=2.4), enfermedad osteoarticular (OR=1.72) y alteraciones psicológicas (OR=2.12).
Conclusión: La prevalencia de polifarmacia es elevada, y muestra un incremento sobre estudios previos en Atención Primaria. Sería necesario ir desarrollando modelos de deprescripción racionales y prudentes.