El término deterioro cognitivo puede hacer referencia a un síntoma, un síndrome o una entidad clínica concreta y definida (mild cognitive impairment); en cualquiera de los casos, es un motivo de consulta muy frecuente y es de esperar que aumente en el futuro debido al envejecimiento progresivo de la población.
En muchos casos, el deterioro cognitivo incluye la afectación de algunos aspectos del lenguaje por lo que pudiera confundirse con alteraciones específicas del lenguaje. Por otro lado, en las alteraciones del lenguaje es importante valorar si existe asociado o no la afectación de algún otro dominio cognitivo pues esta circunstancia puede condicionar el abordaje terapeútico.
La evaluación y el diagnóstico diferencial y etiológico del deterioro cognitivo debe basarse en una historia clínica dirigida en la que un elemento esencial es el informador, en una evaluación cognitiva llevada a cabo con test específicos que incluyan todos los dominios cognitivos y, finalmente, en una evaluación funcional que evalúe el impacto sobre las actividades cotidianas.